Nous devons au thomiste espagnol Eudaldo Forment-Giralt un texte particulièrement clair sur l’actualité fondamentale de l’esse, source de toute actualité de l’étant, qu’il s’agisse de la substance, de ses accidents ou de ses opérations. Corrélativement, l’essence considérée en soi, c’est-à-dire « avant » son actuation par l’esse, apparaît pour ce qu’elle est : la mesure ou le degré en vertu duquel l’être de l’étant créé est limité. Voici :
Siendo el ser acto, comparándose a todo como acto, ya que es el acto primero y fundamental, y siendo, por ello, perfección, según este texto, se sigue que nunca será «recipiente» de perfección alguna. No es posible que sea completado, o perfeccionado, por algo que de es manera sería «recibido» por él. Por el contrario, el ser es siempre «recibido», y, por ello, es él quien completa y perfecciona al «recipiente». El ser es el que, por incluir todas las perfecciones, confíere al «recipiente» las perfecciones que posee este último.
La esencia, por consiguiente, lo que hace no es completar, o perfeccionar, a su ser, con el que constituye el ente, sino limitarlo, o rebarjarlo, en sus perfecciones, según cierto grado o medida. La esencia, por tanto, carece de toda perfección, o realidad. Sus perfecciones y su misma realidad las ha recibido del ser. De manera que, incluso, al decirse que la esencia recibe el ser, no hay que entender la expresión en el sentido que la esencia posea una cierta realidad, y por ello, que reciba el ser como una realidad a otra; sino únicamente como la medida según la cual es limitado el ser. La esencia, desde el oren entitativo, no es absolutamente nada, es sólo el grado, o medida, de limitación del ser.
Eudaldo Forment, Lecciones de metafísica, Rialp, Madrid 1992, 248.
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